Me aferro al barro bajo mis
pies, me sostengo como puedo pero cada vez se hace más difícil, delante de mí la
obscuridad del precipicio más profundo reina…
Logro sostenerme por un momento
cuando de pronto escucho un grito desgarrador, un grito de mujer, un grito de
auxilio, un grito que pide ayuda. Miro hacia la derecha y te veo, esos ojos
verdes imposibles de olvidar, mis ojos verdes…
Me arrastro hacia donde estas y
trato de ayudarte, trato y trato con todas mi fuerzas.
-No me sueltes por favor… Gritas.
-Resiste por favor, no te
venzas. Digo.
Sigo tirando de tus brazos pero
el barro hace que te resbales, clavo mis uñas en tu piel y las siento hundirse,
sigues arrastrándote hacia abajo, escapándote de mí, de mis besos, de mi vida…
Entonces llega ese momento en
que todo se toma una pausa, solo para pensar, solo para preguntarse a uno
mismo, que sigue a partir de ahora? La decisión está en tus manos y solo hay
dos opciones, o dejarla ir y decirle adiós, sabiendo que solo hace muy poco la
has encontrado; o aferrarte a ella y seguirla, no importa donde, no importa cuánto
dure la caída, no importa si es doloroso el final, solo seguir juntos. Entonces
la pregunta llega… y la decisión es tomada…
El barro termina con su
trabajo, ella cae, y yo… caigo con ella.
Importa hacia dónde? No ahora... y no importara luego…
Nuestras últimas miradas son en
caída libre, nuestro resultado final es incierto, nuestro futuro, pasado y
presente colisionan.
Siento por última vez su aroma,
jazmines, simplemente puro y libre aroma pegado a su piel por siempre… Luego de
esto, todo se vuelve blanco y lo único que recuerdo es su mirada, su cara, sus
ojos.
Despierto en mi cama con un
grito y sin aire en mis pulmones, afuera la lluvia cae como cascada. Otra vez
lo mismo, otra vez el mismo sueño, otra vez la misma chica, y otra vez… el
mismo final… Otra vez hay barro por toda mi habitación… otra vez volví a
perderte…
No hay comentarios:
Publicar un comentario